Hoy hemos dedicado el día al explorar el inframundo pero quitándole el componente mitológico del terror, aunque tengo que decir que para empezar el rápel volado para entrar en la Sima de la Bòfia dels Prats a mí si que me ha parecido algo sobrecogedor aunque solo en un primer momento y por la falta de práctica de años de olvido de esta actividad de montaña.
La espeleología me parece una actividad de montaña impresionante, lo que podemos ver en el subsuelo de formaciones y concreciones no lo veremos en otra parte, el ambiente, la oscuridad, el compromiso hace que sea algo increíble pero es cierto que no es una práctica asequible para todo el mundo, no solo el factor técnico sino el psicológico también es importante, y eso hizo que las ganas de ir a esta salida superaran mis miedos.
Pero dejándonos de dramatismo y empecemos a disfrutar de las cuevas: Sima de la Bòfia dels Prats y Cova de l’Ormini es lo que os vengo a contar.
Ambas cuevas, se encuentran separadas, pero nosotros vamos a hacer un largo viaje desde Barcelona y como no son muy grande queremos aprovechar el tiempo y por eso, vamos a hacer las dos actividades de espeleología que se encuentran entre las comarcas de el Pallars y l’Alt Urgell.
Estamos en noviembre pero hemos cogido una semana de mucho frío y hoy lo pasaremos mal fuera de la cueva y eso que las aproximaciones andando de una y otra son muy cortas. Otra cosa es la aproximación en coche, en coche 4×4 porque sino es realmente difícil.
La visita a las dos cuevas son dos actividades diferentes aunque ambas de espeleología, la primera es una sima o “avenc” en catalán conocida como el Avenc de la Bòfia dels Prats o Avenc de l’Obaga Negra en la que se requiere cuerdas y material para bajar y subir, también hay alguna gatera pero breve. La segunda en una cueva, la Cova de l’Ormini en la que no hace falta material de seguridad salvo el casco que siempre va bien, porque se trata de explorar una gran cavidad sin mayores dificultad que el suelo resbaladizo e irregular.
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Bòfia dels Prats o Avenc de l’Obaga Negra
Hemos salido pronto de Barcelona, alrededor de las 6 de las mañana hacia Coll de Nargó. Para ir a la primera cueva, la Bófia dels Prats desde Coll de Nargó hemos cogido la carretera de Bóixols, subiendo y tomando los cruces pertinentes hacia las antenas del Cap de l’Obaga Negra. Justo en una curva bien marcada hacia nuestra izquierda y muy cerca de las antenas hemos dejado el coche. Tras superar un montículo de piedras en la misma curva se intuye el camino hacia la derecha, un centenar de metros y llegaremos a la gran boca de la Bòfia dels Prats.
La Bòfia dels Prats tiene entrada y salida por el mismo lugar, es totalmente vertical y va a caer a una gran sala. Tomamos precauciones y mantenemos las distancias, aquí no valen distracciones, la vertical son 15 m. De hecho, cuando bajamos podemos ver los restos de un rebeco que ha dado un mal paso en un mal lugar y ha sufrido las consecuencias dramáticas de una caída al vacío.
Entrada y salida con la montaña de piedras
A pesar de un primer momento, la entrada a la Sima de la Bòfia dels Prats es sensacional, aunque solo hay un parabolt para asegurarse por lo que utilizamos un árbol próximo y hacer la instalación mucho más segura, la cavidad principal es muy grandiosa tiene un diámetro de 10×15 m aproximadamente y es a la que accedemos en una vertical, aunque cuando bajas parece mucho más.
Al llegar abajo el suelo es irregular, una montaña de piedras que te lleva a bajar algunos metros más a pie y perder más desnivel. Entre las ruinas de piedras hay otra boca vertical muy estrecha de 20 m de profundidad, esta no la hemos hecho y yo ni la he encontrado. El desnivel negativo de la sima es de – 42 m.
Remontado cuerda fija
Lo que si hemos hecho es ir hacia otro pozo que hay de unos 11 m, antes hay que remontar por una cuerda fija que hay instalada en una de las paredes de la sala principal en la que hemos entrado. Esto se le conoce como “Vía de la Remuntada”, o al menos así he oído yo decir a mis compañeros Rafel y Joan.
Remontamos la cuerda, el primero y abriendo camino siempre es Rafel, yo segunda y Joan último vigilando como pongo el material (estoy haciendo un ejercicio de memoria, hace años que no entro en una sima). La remontada es incómoda porque patina la piedra por donde nos vamos apoyando pero son 5 o 6 metros, y después un pasamanos que nos ayuda a llegar a un sitio más llano y estable.
Pozo 11 m Bòfia dels Prats
Joan bajando pozo 11m Rafel viendo como baja Joan
Vamos haciendo fotos, grabando video y comentando las concreciones y formaciones fantásticas que vamos viendo, disfrutando mucho con este espacio extraordinario.
Después de la remontada y el pasamanos hacia nuestra derecha tenemos que pasar una estrechez pero no muy incómoda que solo nos obliga a agacharnos pero sin arrodillarnos para llegar a otra pequeña sala. Aquí hacia la derecha encontramos instalaciones para montar nuestra cuerda y bajar a un pozo de unos 11 metros que tiene final pero que lo bajamos por las formaciones que tiene. Rafel instala un pasamanos para mayor seguridad y una cuerda para bajar los 11 metros. Bajamos, vemos, comentamos, filmamos y volvemos a subimos por el mismo sitio.
Rafel ahora subiendo pozo 11 m
Gatera con concreciones
Al llegar de nuevo a esta pequeña sala del pozo de 11 m, al lado contrario de la entrada a la gran galería hay una gatera que nos tiene que llevar hasta otro pequeño pozo de pocos metros. Rafel se adentra valiente por la gatera pero no encuentra instalaciones para poder montar cuerda y bajar, pero si se deleita con las concreciones y después dará media vuelta. Yo también voy a “cotillear” el lugar, cuando sale Rafel, entro en la gatera hasta el pozo donde solo podemos asomarnos. También miro al techo, paredes y disfruto con las columnas de estalactitas o estalagmitas que voy observando. A la vuelta por la gatera, se me engancha el material en alguna estalagmitas pequeñas y Rafel me recuerda que en estos casos lo mejor es simplicidad y llevar poco material colgando. No le quito la razón.
Se vuelve por donde se ha entrado, así que llegamos de nuevo al pasamanos y a la cuerda fija. Ahora toca bajar. Aquí nuestro material se atasca un poco para bajar en la cuerda húmeda y sucia, al final decidimos montar un rápel con nuestra cuerda. Así que “pasamos” de la cuerda fija y utilizamos la cuerda que hemos hecho servir en el pozo de 11 m para bajar “la vía de la remuntada”.
Rafel primero en subir los 15 m
Joan últimos metros de subida
Nos queda lo duro del día, subir los 15 metros verticales de la gran galería principal. Nuestra técnica no es muy buena y la falta de práctica hace que sudemos pero al final con paciencia y con sus descanso los tres llegamos arriba muy felices.
Equipo: Sonia, Joan y Rafel
Fuera hace un frío tan considerable que ni siquiera podemos pararnos a comer. Recogemos el material y nos vamos al coche para ir hacia nuestro siguiente objetivo. La cueva de l’Ormini.
Vídeo de la Bòfia dels Prats
Cova de l’Ormini
Cogemos el coche después de l’Avenc de la Bòfia dels Prats y 1 hora o más de coche por pistas forestales aptas para 4×4 y después de pasar el pequeño pueblo de Montanissell llegamos al “aparcamiento” a pocos metros de la Cova de l’Ormini. Antes hemos parado a comer al sol en la pista disfrutando de vistas poco tiempo por el incómodo frío.
Entrada Cova de l’Ormini Se baja por escaleras
Rafel primero explorando Muchas formaciones
Pasamanos
Dejamos el vehículo justo en los cárteles que nos indican hacia la derecha Cova de l’Ormini, se encuentra a un centenar de metros y en pocos minutos estamos en la entrada. Era un antiguo sitio donde se explotaba más o menos de manera turística, o así estaba previsto pero al parecer ha quedado en un intento y ahora parece un lugar abandonado.
Rafel entre formaciones Alucinando con este sitio
En la entrada se ha hecho una caseta con su puerta, que se abre sin necesidad de llave y en el interior hay escaleras y algun pasamanos para que el acceso sea fácil. La Cova de l’Ormini no requiere material, ni tiene dificultad técnica más que la que te puedes encontrar en cualquier cueva, suelo deslizante. Pero digamos que casi todo el mundo puede acceder con precaución. No tiene pérdida ya que es una cavidad dividida en dos grandes salas unidas.
Solo con nuestro casco, frontal y por supuesto cámaras nos adentramos en esta cueva para sumirnos de nuevo en un espacio singular lleno de concreciones si no fuera por la cantidad de pintadas en el interior producto de algunos vándalos incívicos que no aprecian la belleza de nuestro planeta. No obstante intentamos desconectar de lo negativo y mirar la cueva con otros ojos viendo lo que solo queremos, las excelentes formaciones de columnas, banderas, estalagmitas, estalactitas, etc.
Lo primero que haremos tras traspasar la puerta, es bajar unas escaleras metálicas con su barandillas muy seguras y turísticas. Aquí encontramos una galería donde nos hacemos las primeras fotos. Volvemos a la zona de las escaleras para seguir bajando ayudados por tramos de escaleras y pasamanos.
Esta segunda sala es más grande y está atestada de muchas concreciones, puedes pasearte entre columnas y gozar con las formaciones de sedimentos naturales solidificados que caprichosamente se han ido formado y esparciéndose por todos los sitios donde vayas mirando.
Volviendo por el mismo sitio
Nos olvidamos bastante de las pintadas y de algunas estalactitas rotas que nos parte el corazón aunque de tanto en tanto nos despierte de nuestros sueños. Es una pena que algo tan bello que ha costado tantos años en formarse se haya profanado de manera tan canalla y voluntaria.
Joan nos inmortaliza con muchas fotos en la Cova de l’Ormini, hay que tener paciencia porque la poca luz requiere inmovilidad total, tampoco nos importa demasiado a Rafel y a mí, nosotros también fotografiamos mucho y grabamos así que sabemos que hay que colaborar porque nos va a gustar el resultado.
Al salir de la cueva y coger el vehículo estamos cansados, la jornada ha sido larga y nos queda la vuelta a casa pero siempre vale la pena la exploración y el descubrimiento de estos mundos misteriosos que no llenan de felicidad nuestro corazones de montañeros.
Parece mentira pero teníamos más libertad en la gatera del fondo de la cueva que en casa confinados…
Muy buena crónica. Grandes recuerdos que en tiempos de confinamientos y cierres perimetrales se valoran mucho más.
Esa gatera ahora en el municipio no tendría precio pero bueno podemos utilizar el tiempo para buscar ideas. Yo me apunto a todo!!!!